Los Últimos 10 Años, Una Reflexión
Volviendo atrás a los últimos diez años, me digo a mi misma, “Gracias”.
Fue hace diez años que empecé mi vida de nuevo. Digamos que una página en blanco. Desde entonces, mi vida, la que conocía, se ha transformado completamente.
El año 2010 comenzó con mi graduación de la escuela culinaria. Mis estudios en gastronomía fueron una de las cosas que tuve que poner en pausa cuando era más joven porque, francamente, no podía pagarlos. Era yo, en ese entonces, una madre soltera y con suerte teníamos comida y techo.
Desde luego que convertirme en chef no era mi primera opción, pero la carrera me escogió a mí. Si leen mi publicación anterior, “El día que me convertí en chef ̈”, sabrán lo difícil que fue lograrlo en este negocio y que fui prácticamente empujada hacia el ramo gastronómico.
Lecciones Aprendidas en una Década
Si algo he aprendido en esta última década es que no puedes renunciar a tus sueños. Muy dentro de mí, estaba convencida que terminar la carrera de gastronomía iba a cambiar mi vida y si no, por lo menos podría gritar desde lo más alto “ ¡LO LOGRÉ! “
Seguir mi sueño era algo que tenía que hacer por mí. Tenía que demostrarme que podía terminar lo que empezaba; honestamente, estoy orgullosa de mi misma porque he llegado más lejos de lo que alguna vez imaginé”
Pero mientras trabajaba para avanzar tenía que ser honesta conmigo sobre mis relaciones interpersonales. Mi matrimonio ya había caducado y el fétido olor era inconfundible.
Teníamos algo en común, siempre sacar lo peor del otro. Añadir alcohol a la mezcla solo ayudaba a llevar nuestra relación a un lugar oscuro que ambos despreciábamos.
Cuando estaba bien, era increíble pero en los últimos dos años de nuestra relación de doce ya era muy difícil encontrar lo bueno. Como resultado, pasé la mayoría de la última década reconstruyendo mi vida después de una tóxica relación amorosa.
Por si fuera poco, estábamos perdiendo nuestro hogar. Nuestra hermosa casa con 6 recamaras y 6 baños fue vendida en corto a un suertudo ganador en algún lugar de China.
Desesperada, lidiando con ansiedad y depresión, opté por buscar ayuda profesional. El médico me recetó Sorrequel, el cual, desafortunadamente me provocó sufrir un accidente vascular cerebral y luego enterarme que también tenía cáncer cervical fase uno.
Mi carrera se venía abajo porque francamente yo estaba fuera de juego. Me encontré completamente sola en este desastre llamado vida.
Pasé de ganar 6 cifras a 200 dólares a la semana y solo porque mi papá se compadeció de mí y me dió un lugar para acabar los créditos que me faltaban para graduarme.
El Punto de Inflexión
Una noche fría estaba mirando la televisión en el cuarto pequeño que me había rentado un amigo, uno de dos amistades que no perdí durante mi separación. Podía sentir la tensión en mis hombros y ese ácido vacío en mi estómago. Entre lágrimas me hice una promesa. Siempre había tratado de ser buena esposa, hija, madre; había fracasado y todo por no escucharme a mí misma. Me prometí que iba a dejar de complacer a todo el mundo porque no me llevaba a ningún lado.
Entonces escuché mi voz interna. “Comienza siendo buena contigo” Decidí comenzar a vivir mi vida. Siempre me había importado la opinión de los demás y los ponía por delante de mí. Ya era momento de cuidarme a mí misma. Me dije “Escucha tu intuición”. Sabía lo que tenía que hacer, “Tus instintos son increíbles, ellos te guiarán”
Esta frase me ayudó a superar momentos bastante fuertes:
“Cuando rezas, le hablas a Dios. Tu intuición es El hablándote a ti”
Trabajando en Mi Misma
Me di cuenta que era tiempo de trabajar en mí. Empecé a mandar mi curriculum a todos los trabajos que quería tener. Soy buena con la gente y no me da miedo tocar puertas.
Me fue muy bien como representante de ventas en mi último empleo, entonces metí mi solicitud para trabajar como Especialista Hispana en una compañía de alimentos, era muy buena. Mientras mejor era, más crecía mi confianza. Se me daba naturalmente y realmente disfrutaba mi trabajo.
Me encantaba hablar con chefs, conocerlos y ayudarles cuando podía. Y fue durante ese proceso que conocí a Mr. Tapley, el señor que acabó por venderme su restaurante.
Se hizo cargo de mi préstamo y me dío la oportunidad de mi vida. también me dijo que admiraba mi pasión. Esa oportunidad llenó mi corazón de gratitud porque se cuanto ha cambiado mi vida Provecho Grill.
Hoy soy mentora de varios chefs y es gratificante ver a una persona evolucionar, crecer y desarrollarse. Espero continuar siendo mentora por mucho tiempo.
Devolviendo lo Recibido y El Crecimiento
Considero un regalo trabajar en un ramo y con gente que realmente disfruto y aún un regalo más grande el poder ayudar a alguien a alcanzar sus sueños. Por eso me apasiona tanto compartir mi experiencia y alentar a otros a contribuir y ayudar a otros crecer. Si encuentras una manera de ayudar, siempre te encontrarás en un mundo de abundancia.
Pensando en la última década, me pregunto si el perder a la mayoría de mis amistades es también un regalo. Al fin de cuentas nadie estuvo ahí para rescatarme. La fantasía de que viene Superman a salvarnos, es solo eso, una fantasía. En el fondo tenía que hacer las cosas yo sola.
La verdad es que una oruga no se puede convertir en mariposa sin primero pasar por la metamorfósis. Ese proceso puede doler y algunos días serán más duros que otros pero la cosa es nunca rendirse porque tus sueños son demasiado valiosos para perderlos de vista, por eso concentrarte en ti y en tus metas es tan importante.
Rodeate de gente que no pare de motivarte. Los verdaderos amigos te celebrarán, empujarán, inspirarán y amarán. Comienza por ser un buen amigo de ti mismo. Empieza el 2020 siguiendo tus propios consejos. Háblate con amabilidad. No escuches a la vocecita dentro de tu cabeza que viene de un mal sentimiento; si dejas de alimentarla, acabará por desaparecer.
Por el amor que he perdido, he hecho las paces con mi pasado. No puedo guardar rencor porque de ello he aprendido a no castigar a otros a los que les encantará verme avanzar. Escojo amar y me permito ser amada. Tú también puedes. Comienza por amarte a ti mismo y haciéndolo te darás cuenta que ese trago, esa dona o ese sentimiento de vacío sin esa persona no son necesarios. Mientras más estés en contacto contigo, menos vas a extrañar las cosas que no te hacen bien.
De nuevo, gracias por una década y enseñanzas increíbles. Mi único consejo es, ámate, ama a otros, se amable, persigue tus sueños y trabaja en ellos todos los días. No pare, ¡CORRE! Haz que esta década valga. Hola 2020, mucho gusto.